Christmas Night. - Ethan.



Aún recuerdo mi vida antes de esto.
Aún la recuerdo.
Ha pasado tanto tiempo y tantas cosas que me sorprende que la recuerde, pero ahí está.  Yo era agente de bienes raíces, mi zona era el lado este de la ciudad.
Una ciudad hermosa, no muy grande, con parques, plazas, centros comerciales, lugares agradables para caminar por la tarde y un muelle precioso que se enfrentaba cual espada a la inmensidad de Océano Pacífico.

Aquella mañana, del día en que todo cambiaría, había cerrado un importante negocio por el cual recibiría una jugosa comisión, por vender un dúplex en una nueva zona residencial. Los nuevos dueños eran una pareja de recién casados, con muchas ilusiones de criar a sus hijos lejos del bullicio del centro de la ciudad.
Luego de concretar esa venta de la que estaba totalmente seguro que me llevaría de nuevo al firmamento de los mejores vendedores del Estado. Volvía a casa, donde me esperaba mi mujer con un jugoso bistec con esa salsa BBQ que ella preparaba con la que podía enamorar hasta al mismo Dios.
Aquella mañana, ella me había preparado un delicioso desayuno, “el desayuno de la suerte” le decía, para levantar sus ánimos, ella me sonreía como siempre lo hacía, cada mañana, cada día.
Ahora regresaba a mi casa por mi premio, por mi recompensa, no la monetaria, sino la de la sonrisa de mi esposa.
En fin.
Aquella mañana, ninguno de los dos sabía lo que pasaría horas después, nunca lo hubiéramos imaginado, ni siquiera en nuestros sueños o alucinaciones más extravagantes, jamás había imaginado que ellos vinieran, y peor aún, que vinieran a exterminarnos.